Las pistolas de CO2 son similares en su funcionamiento a los rifles de aire, ya que también impulsan los proyectiles mediante aire comprimido. A diferencia de muchos rifles de aire que cuentan con un resorte de presión, las pistolas de CO2 a menudo utilizan cartuchos o depósitos de aire comprimido como fuente de energía.
En el ámbito del deporte competitivo, dominan exclusivamente las pistolas de aire comprimido. Estas utilizan como munición habitualmente diablos con un diámetro de 4,5 mm y un peso de aproximadamente 0,5 g. Mientras que las pistolas de ocio se pueden conseguir por alrededor de 100 euros, para las pistolas de competición precisas se deben planificar inversiones de varios miles de euros.
Desde el punto de vista legal, las pistolas de CO2 deben manejarse de manera similar a los rifles de aire: se pueden vender si están marcadas con la "F en un pentágono" y tienen la designación E0 < 7,5 J, lo que significa que poseen una energía de boca de menos de 7,5 julios. Esto implica que no se necesita un permiso especial para adquirirlas. Sin embargo, fuera de la propiedad privada o de un campo de tiro oficial, una pistola de CO2 solo puede ser llevada con un permiso de armas válido.